miércoles, 15 de septiembre de 2010


mujer en un muelle en el Delta
Llamada telefónica

Esto me espanta, espantaría a cualquiera.
No se como a vos no te espanta.
¿Yo espanto?
No, vos sos hermosa.
Solo eso en mi ves.
Sí, solo eso.


Al instante algo en mi se rompió
algo que el no ve.

sábado, 24 de julio de 2010

A vos siempre te acompaña el veneno.
Se lo dijo un señor mayor a su mujer.
La mujer muda,
envenenada.

miércoles, 21 de abril de 2010

Disparado desde el diluvio cae el cruel amante
bienaventurados insultos al aire llamándola
es inútil.

domingo, 18 de abril de 2010

La memoria
la ardua tarea de la reconstrucción

lunes, 12 de abril de 2010

¿Qué debería yo hacer?
Si por mi fuera, extirparía de el ese dolor.
Para dejarlo sin compañía.
Para que pudiera estar solo
y así estar conmigo.
Mensaje de voz de vos
en mi teléfono
atrapado

viernes, 9 de abril de 2010

Ella llora en el colectivo porque piensa que siempre es ella.
Porque cree por momentos en las dos palabras con L que quieren decirle.
Pero ella sabe que va a estar bien.
A pesar de todo sabe de su sonrisa.
Se agarra los ojos y vuelve a llorar, pero se promete como lo hizo de niña, solo por hoy, solo por un rato

Palabras con L:
Loca
Limada

lunes, 5 de abril de 2010

Prometo hoy que decidí dejar el anonimato ser mas considerada e intentar ser un poco menos triste. Lo prometo.
Eloiza.
La histeria inaudita de aquel que no tiene nada.

viernes, 19 de febrero de 2010

Plaza de Almagro 1ero de Diciembre de 2010

Un rugir de madera y aullidos de madres que corren despavoridas de una nena que jugaba y de un árbol que cae. Que locura pienso cuando veo que la chica que corría alrededor de la plaza da otra vuelta. Todo sigue igual, pienso. Y cuando terminaba de decirlo para mi, la chica que corría alrededor de la plaza se detiene y camina cerca de donde estoy con un amigo que vio todo por encima de mi hombro. La chica, la misma chica que yo juzgue como también me juzgue a mi pero ¿que hacer?, se hace la señal de la cruz, mira hacia arriba y se besa la mano. Ya no hay gritos ni madres desgarradas ni vecinas que se quejan, solo un árbol caído y la calesita que sigue girando con su música que pareciera ofender lo que acaba de ocurrir. Debería haber huelga de calesitas, pienso, y que nadie saque la sortija, por lo menos por un tiempo, hasta que el eco de los gritos cese, el eco que se hace entre aquellos arboles de la plaza, aquellos arboles que están de pie, que no cayeron tan solo porque si.

domingo, 24 de enero de 2010

Historia minima de una pupila y una ventana.

En un principio solo alcanzaba a verle el pelo rubio. Su blonda cabellera enrulada. Lo reconocía porque siempre silbaba la misma canción. Deseosa de escuchar aquella dulce melodía siempre a la espera ella estaba. Diáfana embriaguez al verlo pasar. El pelo negro y enrulado de la barba del cura contrastaba.